Hoy hemos despedido de la vida a una persona.
Una de esas personas que quizás pasan desapercibidas, una persona introvertida y solitaria.
Solitaria en una vida de rutinas, con un cierto orden en el desorden, con su propia percepción de la realidad. Acotado en su entorno y en su propia mente.
Una persona que a mi me llamó profundamente la atención.
Encontré en su interior un torbellino de emociones reprimidas, una bondad desmesurada, un tremendo corazón y un montón de aprendizajes de sus humildes reflexiones sobre la vida.
Transmitía tranquilad en sus gestos y en su conversación.
Acostumbrado a no juzgar a nadie, más bien vive y deja vivir, le aportaba su propia paz interior la cual, hacía que nunca estuviese enfadado ni sacase su ego a pasear.
Rico en valores, nunca olvidaré una frase de las suyas, la que siempre nos decía en tiempos difíciles, " no hay que temer "
Una frase que me repito muchos días
"difíciles"
Gracias por tu aportación y hasta siempre amigo.
Lo que siento lo escribo sin pensar, luego, pienso en lo que he escrito para ver cómo me siento.
viernes, 20 de octubre de 2017
domingo, 15 de octubre de 2017
CUENTO
Cuento.
Un Rey en su lecho de muerte, pidió sus últimas voluntades a los allí presentes.
Quiero, dijo el Rey, que me lleven a hombros hacia mi tumba, los médicos que me han atendido.
Segundo, quiero que todas mis pertenencias las tiréis por el suelo.
Y tercero quiero que me extendáis los brazos y abráis mis manos hacía arriba.
Uno de los súbditos sorprendido le dijo que por qué quería hacer tales cosas y el Rey le contestó:
Quiero que me lleven los médicos para que sepan que ni la mejor de las medicinas evitará la muerte.
Quiero tirar mis pertenencias por el suelo porque a donde voy no me las puedo llevar, se quedarán aquí.
Y quiero tener las manos abiertas porque así vine al mundo y así me voy, sin nada,
....con las manos vacías....
Un Rey en su lecho de muerte, pidió sus últimas voluntades a los allí presentes.
Quiero, dijo el Rey, que me lleven a hombros hacia mi tumba, los médicos que me han atendido.
Segundo, quiero que todas mis pertenencias las tiréis por el suelo.
Y tercero quiero que me extendáis los brazos y abráis mis manos hacía arriba.
Uno de los súbditos sorprendido le dijo que por qué quería hacer tales cosas y el Rey le contestó:
Quiero que me lleven los médicos para que sepan que ni la mejor de las medicinas evitará la muerte.
Quiero tirar mis pertenencias por el suelo porque a donde voy no me las puedo llevar, se quedarán aquí.
Y quiero tener las manos abiertas porque así vine al mundo y así me voy, sin nada,
....con las manos vacías....
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