viernes, 20 de octubre de 2017

No hay que temer

Hoy hemos despedido de la  vida a una persona.
Una de esas personas que quizás  pasan desapercibidas, una persona introvertida y solitaria.
Solitaria en una vida de rutinas, con un cierto orden en el desorden, con su propia percepción de la realidad. Acotado en su entorno y en su propia mente.
Una persona que a mi me llamó  profundamente la atención.
Encontré en su interior un torbellino de emociones reprimidas, una bondad desmesurada, un tremendo corazón y un montón de aprendizajes de sus humildes reflexiones sobre la vida.
Transmitía tranquilad en sus gestos y en su conversación.
Acostumbrado a no juzgar a nadie,  más bien  vive y deja vivir, le aportaba su propia paz interior la cual,  hacía que nunca estuviese enfadado ni sacase su ego a pasear.

Rico en valores, nunca olvidaré una frase de las suyas,  la que siempre nos decía en tiempos difíciles,   " no hay que temer "
Una frase que me repito muchos días
"difíciles"

Gracias por tu aportación y hasta siempre amigo.





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