Mientras sigamos pensando que las personas son propiedad de alguien, no estaremos en el camino correcto para erradicar la violencia de género y la violencia machista.
Cuando una pareja, los dos, deciden compartir su vida, se trata de eso, de compartir, estar bien el uno con el otro, a la misma altura, utilizando el sentido común a la hora de tomar decisiones y basar la relación en el mutuo respeto.
En el momento que uno domina al otro, ahí empiezan los problemas. Nadie es más que nadie. Si esto no lo entendemos, algo no va bien. Si uno de los dos sufre porque no se siente libre y se siente acosado o acosada, empieza a surgir la violencia.
El camino a recorrer es difícil pero no imposible. La concienciación de todos es importante, empezando por colegios Institutos, medios de comunicación etc.
Que la igualdad sea real, igualdad entre personas.
Que no juzguemos cuando veamos a un niño jugando con una muñeca ni a una niña jugando con coches.
Somos libres para elegir con qué queremos jugar, con quién queremos estar o quién queremos ser.
Somos libres para amar y ser amados pero sin condiciones.
En definitiva somos libres y con derecho a serlo.
Lo que siento lo escribo sin pensar, luego, pienso en lo que he escrito para ver cómo me siento.
lunes, 13 de febrero de 2017
Violencias
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