Vivir y trabajar en el medio rural puede resultar complicado, pero no lo es, todo depende de uno mismo.
Mi vuelta al pueblo hace ya casi 10 años, fue después de una serie de circunstancias que me obligaron un poco a tomar esta decisión. Una decisión que afectaba a toda mi familia.
Adaptarme a la vida tranquila del pueblo no me costó nada porque siempre me ha encantado. En realidad yo me he criado aquí, en éste entorno.
Adaptarme al trabajo me costó un poco, aunque tuve mucha ayuda, pero yo nunca había trabajado en el sector de la hostelería y menos en el pueblo.
Cuando empecé a trabajar en el Albergue sólo existía el bar, lo demás se fue habilitando poco a poco, el proceso duró 2 años, finalmente todo se puso en marcha y cada año hemos trabajado para que funcione lo mejor posible.
Yo no sabía muy bien cual sería mi aceptación en este nuevo trabajo, así que me limité a ser yo misma y utilizar mi propia marca personal, eso sí, siempre respetando las gentes de mi pueblo, las costumbres y las formas.
En estos años, me adaptado a lo que ha ido viniendo, reinventando nuevas situaciones, creando espacios. En definitiva caminado y creciendo.
Todo esto, sin olvidar, que Mainar es un pueblo que vivimos 102 personas actualmente, que estamos en una comarca (Campo de Daroca) que está al borde la de despoblación, que nos recortan servicios porque no merecemos la pena, ya que somos muy pocos. Luchamos cada día para ofrecer lo mejor,
nuestra mejor agricultura, la mejor ganadería, los mejores servicios al público, un esfuerzo continuo.
Nuestra recompensa es el agradecimiento de nuestros clientes.
Aquí en el mundo rural no estamos al igual que en la gran ciudad, sin embargo seguimos con la cabeza bien alta. Es injusto de verdad, pero la pasión por nuestro territorio nos hace seguir a pesar de las zancadillas. Creo que ahora no hablo sólo por mí, sino por todos los que habitamos en los pueblos, porque de una forma u otra hemos decidido volver, y ganarnos aquí la vida.
Estar aquí ahora, tiene muchas partes positivas, pero la que más quiero destacar es a toda la gente maravillosa que he conocido gracias a estar trabajando en el Albergue.
Personas de distintas nacionalidades, de distintas razas, distintas formas de ser y estar, trabajadores, universitarios, escolares, deportistas.....artistas de nuestras exposiciones, escritores... y asi no pararía, gente maravillosa que me ha aportado mucho.
Muchas recompensas a través del agradecimiento de las personas, pero....
¿Qué necesitamos?
Que nos escuchen un poquito más, que somos parte importante de Aragón, que contribuimos al crecimiento.
Que no supriman servicios, que también los necesitamos, y tenemos los mismos derechos.
....... y sobre todo
Que os esperamos con los brazos abiertos, y que ofrecemos lo que tenemos, poco o mucho, pero es lo que tenemos.
Vivir en el medio rural. Esta es mi experiencia.
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