Puerta abierta,
veo un lugar mágico y caótico,
la mezcla de colores da luz a los
cuerpos inertes esparcidos por el suelo,
el caos se apodera del estar.
Desorden.
Camino dudoso
¿por dónde empezar a ordenar?
Primero jugar,
de pronto, los cuerpos se mueven,
aquí y allá,
presente, pasado, futuro, no importa,
arriba o abajo, izquiera o derecha.
Todo es posible.
Piratas en el cielo luchando con espadas de inocencia,
cientos de animales caminando por el gran océano de tela,
rodeados de muñecos custodiando un barco.
Figuras de plastilina marcando los senderos, dando paso a las hadas y duendes del bosque que bailan al son de la música.
Música que ordena el desorden,
música que hace volar la imaginación.
Alli, en esa habitación llena de juguetes,
no existe el caos porque allí
en cada rincón, hay vida.
Lo que siento lo escribo sin pensar, luego, pienso en lo que he escrito para ver cómo me siento.
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