Anoche llegaste a mi sueño
te vi pasar, no te quedaste,
tu olor impregnó mis sábanas
tu susurro habló en silencio
te busqué, no estabas.
Quise entrar en tus grietas,
limpiarlas con agua clara
estaban cubiertas de dudas,
esperaban la libertad ansiada.
Desperté y allí estabas
rozaba mi piel con la tuya mientras te abrazaba,
tu cálida mirada
tus labios sin palabras
tus manos, mis manos, entrelazadas.
Lluvia que moja mi cara,
no es de las lágrimas, es de tus besos,
que de las nubes escapan.
Nuestro mundo en una alcoba
sin minutos, sin horas,
con caricias
dueños del tiempo y de la cama
te amo, me amas.
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